Es increíble las ocasiones en
donde supones haber llegado a la cima, a la cúspide de una idea que
supuestamente ibas a considerar por siempre como “correcta” y termine pasando
al mar de ideas “corrompidas” por aprender que hay algo mucho mejor que eso,
una enseñanza que te enseñó que las cosas deben ser diferente, en este caso, me
refiero al pensamiento de desechar “cualquier sentimiento emocional o persona
que me apegue a ello”, empezaré contando que en mi última relación sentí eso,
que esa persona a quien tanto amé, terminaría siendo un arma de doble filo, no
es del todo falso si es que esa persona no tiene buenas intenciones y por ende,
te lastime y termines diciendo que, por culpa de abrir tu corazón, estás
derrochando tu energía sin saber cómo ni cuándo te vas a arreglar, pero… Si se
presenta el momento en el que debes hacer sacrificios por ella, y te toca sufrir,
no necesariamente porque ella quiera, sino, por luchar en la relación… No
deberías pensar que estar enamorado es solo perder, pero seguir ahí por “atracción”
o “necesidad”, ¿Se comprende? Para esto, seguiré contando lo de mi situación,
yo, cada vez que pasaba por un mal momento por ella (no siempre fue así, ni al
principio, ni al final del todo, sino que, fue un momento intermedio del
periodo afectivo en el que surgió toda esta circunstancia y lo que dio la idea
a escribir tal epístola), sentía que ella terminaba teniendo la culpa de
“atentar contra mi tranquilidad”, o si a algo más directo vamos, que pueda “excusar”
a esa versión de mí, para dirigir la culpa a su amada, digamos que esta lo
había hecho molestar con una acción, una acción que, no era con intenciones de
dañarme, sino que, como toda persona, tener sus fallas, opiniones distintas o
algún mal entendido.
Como yo me alteraba más por
tratarse de ella (pues, no me afectaban tanto las cosas que vinieran de otras
personas en ese entonces, pero, cuando venían de parte de ella, era una
vulnerabilidad que por ser ella la que gozaba de ese privilegio, pues le tocaba
aguantar el peso de yo hacerla la única responsable por tal vulnerabilidad),
daba como resultado esa “molestia” y más si por inmadurez, los problemas
llegaban a ser un poco más grandes, con más razón yo, en vez de pensar en
revertir eso en mí, si, pensaba en arreglar, en “querer seguir adelante”, pero
nunca cambiar ese pensamiento de que “me dañaba por su culpa”, (un punto de
desventaja de engrandecerse) y solo seguir dándole más peso a ese pensamiento,
incluso habían veces en las que yo le mencionaba que, sabía que ella no hacía
tales cosas con intención de dañarme, pero que igual ella tenía la culpa de “mucho
daño” en mí, y si, esto ya es más personal, el punto aquí es que, fue un
momento de inmadurez puro, en la que puede decirse que es hasta algo infantil,
pues yo era el que estaba causando daño a la larga, y no debí, ni debemos dejar
que esos pensamientos (bajo este u otro ámbito) nos carcoma la mente, hay que
entender que debemos tomar el control de ciertas cosas que si podemos manejar.
Entonces, siempre hay forma
de ver mejor las cosas, de hablarlas, DE TOMAR EN CUENTA, lo que esa persona nos
dice y no poner la terquedad en alto, pues cuando se nos expresa algo, por algo
es y si te toca darte cuenta tarde de eso por cerrar la mente, déjame decirte
que esa persona ya no estará para darte consuelo.
Escribo eso para decirte que,
aprendas a cuidar a tu diamante; una persona así, es una bendición, un REGALO
de la vida y atento querido/a lector/a, lo que es así de especial no se descuida como cualquier cosa, puede que, por
algo, se te haga fácil encajar con una persona así de especial (como puede que,
en otros casos, encontrar a esa persona haya sido con más dificultad), aprende
a hacer lo que deberías hacer con esa persona, sacar a flote lo bueno, con lo “malo”
que pueda surgir, se lucha, y si hay problemas, bien, entiendo que te produzca
desagrado y hasta daño pero ¿Sabes algo? Como ya dije “lo que es así de
especial no se descuida como cualquier cosa”, queriendo decir que, es obvio que
no será siempre fácil, hay que cuidar y con cuidar me refiero a mantener,
tampoco te dejes llevar por unos pocos “errores”, nadie es perfecto y no lo
digo por parecer “cliché”, sino que, la verdad estamos en constante formación y
moldeo de nosotros mismos, nos formamos también en cuanto lo que aprendemos de
las personas y esa personita especial para
ti, está aprendiendo de ti,
imagínate, le puedes dar la oportunidad a alguien de seguir mejorando, pero si
decides renunciar a esa persona ¿no lo dejarás brillar con el potencial que
puede dar, pero que no le permitiste destacar? Si por un error se busca
desechar a alguien, ninguna lógica le encuentro a eso (exceptúo cualquier error
grande que si se haga con un nivel de gravedad alto y/o el que se hace con
conocimiento de lo ya corregido), pues entonces solo buscaríamos almas
perfeccionadas y, en un principio, no es la idea.
Una persona así… Vale mucho,
créeme, podrán venir problemas, momentos no tan alegres, pero no se compara a
los momentos de felicidad, consuelo y acompañamiento que esa persona te brinda
en cantidad (si es que ves en ese ser, que es el ser indicado).
En mi caso tengo una niña que
la hago ver como mi hija, en sí y en mi corazón, es mi hija y la verdad es que,
después de esas relaciones rotas, ella me ha enseñado que es esa perseverancia
y grandeza de lo que es tener una persona así, de no ver esa vulnerabilidad
como algo malo, sino, aprender de lo bueno y arraigar buenas costumbres en
cuanto a ese cariño profundo y de ver esos sacrificios que hago por ella, como
una prueba más que hay que superar sin sentir soberbia alguna por tal
circunstancia, simplemente amar y sentir que todas esas cosas por las que
pasemos, sean por un buen objetivo al final de cada tormenta.
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